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Advanced Member ![]() ![]() ![]() Grupo: Members Mensajes: 255 Desde: 11-March 08 De: Spain Usuario No.: 625 ![]() |
-------------------- --Andretti
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Advanced Member ![]() ![]() ![]() Grupo: Members Mensajes: 239 Desde: 11-March 08 De: Spain Usuario No.: 789 ![]() |
Para todos los que tanto sentís la desaparición de Alboreto, aquí os cuelgo lo que me ha mandado el amigo VJS hoy mismo, sacado de un periódico argentino.
Espero que os guste tanto como a mí. -------------------------------------------- El último italiano ganador con Ferrari en F.1. Murió Michele Alboreto, ese soñador de las carreras. Tenía 44 años y se accidentó mientras ensayaba con un auto de Sport, en un circuito cercano a Berlín. El ex piloto de Fórmula 1 Michele Alboreto murió ayer a los 44 años a causa de un accidente producido en el circuito de Lausitz, vecino a Berlín, mientras ensayaba con una máquina Audi, para la carrera de Le Mans. No hubo testigos del accidente, porque fue en un tramo alejado de los boxes; según se informó, el coche se fue de la pista y dio varios tumbos. Cuando llegó el auxilio, Alboreto había fallecido. Alboreto, oriundo de Milán, donde había nacido el 22 de diciembre de 1956, corrió entre 1981 y 1994 para los equipos Tyrrell, Ferrari, Lola y Footwork; y concluyó su trayectoria en F.1 con un Minardi. Se había clasificado segundo en el campeonato mundial de pilotos de 1985. En 1997, en compañía de Stefan Johansson y de Tom Kristensen, ganaba las 24 Horas de Le Mans . Justamente se encontraba probando una máquina para competir nuevamente en el circuito semipermanente francés. Un vocero de Audi, Wolfgang Ullrich, declaró anoche escuetamente: "No sabemos qué cosa pasó", según las agencias DPA y ANSA. Alboreto fue el último piloto italiano que Enzo Ferrari hizo correr para su team y el último que logró la victoria en un GP, el de Alemania en 1985, disputado en el circuito de Nürburgring. // // // Los suyos fueron 44 años de una aventura que tenía una sólida raíz: su amor por los automóviles. Por eso, no esperaba mucho más allá de los veinte años para orientarse por los coches de competición, a tal punto que se atrevía con sus amigos de entonces a encarar la Fórmula Monza con una máquina que había manufacturado con sus manos. Y corría siempre que podía mientras crecía constantemente. Primero sería la Fórmula Italia, cuando rescataba su primer título. Después se atrevería a la F. 3 sin darse nunca por conforme hasta proclamarse campeón europeo en la temporada de 1980 cuando su nombre resultaba familiar y sus éxitos eran comunes. Todavía se podía equilibrar calidad con patrocinio. Michele, de convocante personalidad dentro y fuera de las pistas, iba a ser descubierto por gente en la que confiaba el leñador Ken Tyrrell. Y rendiría tan buenos réditos que ganaba en Las Vegas del 82. Por eso, decidía convocarlo Ferrari cuando el equipo más famoso del mundo atravesaba nieblas de incertidumbre y desesperanza. Con recordar que su trabajo en la casa de Módena se prolongaba cinco temporadas se conceptúa debidamente el mérito de este piloto que seguía siendo el mismo muchacho enamorado de los autos y de las carreras de esos autos. Regresaría a Tyrrell en 1989, en una cesión que descubría la altura con laque siempre había procedido al ser requerido otra vez por su primer patrón. Después aportaría todo su conocimiento para la juvenil formación de Arrows y hasta acompañaría los delirios juveniles de Footwork, un equipo que se injertaba en el parque de la Fórmula 1, cuando Bernie Ecclestone pretendía reemplazar calidad con cantidad. Requerido por nuevos incentivos, pasaba a ser piloto de Lola y no declinaría en su último ejercicio en la categoría-reina cuando se sentaba en un destartalado Minardi. No estaba equivocado en su aparente extravío; en un electrizante Grand Prix de Mónaco, le daría a la casa de Faenza un punto que venía a ser un diamante de valor incalculable entre aquella gente manchada de grasa y aceite. Ennoblecida por los sueños. Y hambrienta de trabajo. Cuando los monopostos mejores dejaban de proporcionarle plaza, haría lo que otros increíbles pilotos de carrera: se sentaba en coches Sport para ser figura en la catedral de Le Mans, consiguiendo su corona en 1997. Una vez se había accidentado en Tamburello. En la misma curva donde el 1° de mayo de 1994 se escapaba la vida de Ayrton Senna. Se lo convocaba para que después de confrontar pericias y escuchar testimonios, declarara. Lo hacía con palabra firme: "El accidente se debió a una falla técnica del vehículo; rechazo terminantemente la menor posibilidad de que este maldito episodio haya ocurrido por una falla de Ayrton". La Justicia no quería enfrentar el poder de los constructores agrupados a las espaldas de Ecclestone. Miraban de reojo al atrevido muchacho italiano que defendía a uno de sus compañeros de armas, más allá de la vida y de la muerte. Ahora probaba para correr otra vez en alguna parte. ¿Quién podrá dar testimonio de la honestidad de este simple muchacho de Milán que soñaba con autos y con las carreras de esos autos? Alfredo Parga -------------------------------------------- D.E.P -------------------- Yo, de mayor, quiero un R9 GTL
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