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Antonio Lobato: 20 años en la F1, su relación con Alonso y la 'decepción' de 2015
Nos sentamos con Antonio Lobato en el nuevo plató virtual donde DAZN produce la Fórmula 1. Así han sido sus 20 años al frente de las retransmisiones de la categoría reina del automovilismo.

Las retransmisiones de la Fórmula 1 comenzaron una nueva etapa en nuestro país al inicio de la temporada 2024. Aunque cualquiera podría decir que no cambiaba nada, puesto que las carreras siguen llevando el sello de DAZN como lo ha hecho desde 2021, en realidad (casi) nada es como lo era antes.

La filial española ha realizado mejoras en lo que veíamos antes desde casa, buscando ampliar la calidad de las emisiones, sin alterar lo que la afición (o en su gran mayoría) consideraba fundamental. Y es aquí donde entra el equipo de retransmisiones, liderado por el periodista Antonio Lobato, y compuesto, además de por él mismo, por el ingeniero Toni Cuquerella y el piloto Pedro de la Rosa.

En nuestra visita a la sede de DAZN España previa a este parón veraniego en el calendario de la F1, pudimos adentrarnos en su plató y sentarnos junto a Lobato para hablar de sus 20 años poniendo voz a las carreras de la F1. Con más de 300 pruebas narradas desde el GP Australia de 2004, entre ellas 31 victorias de Fernando Alonso o tres de Carlos Sainz... la F1 lleva su 'banda sonora' en la memoria de los aficionados.

Pregunta: Han pasado 20 años desde que empezaste a retransmitir la Fórmula 1, ¿cómo ha cambiado el campeonato desde entonces y cómo has cambiado tú?

Respuesta: ¡Ostras, yo he cambiado mucho! Para empezar, puedo afrontar un Gran Premio sin ponerme nervioso... La F1, en cambio, creo que sigue siendo parecida a lo que era, aunque con nombres diferentes y más moderna. Este año, como viajo a algunos circuitos, al pasear por el paddock ves que la gente se ha ido renovando. De mi época ya no queda casi nadie... y si te encuentras con algún mecánico de aquel entonces, hasta te das un abrazo.

Pero al final es lo de siempre, son coches rápidos, unos son más rápidos que otros, y hay pilotos que siguen siendo súper ambiciosos. Sigue habiendo gente con mucho talento, pero no importa tanto el talento que tengas o lo rápido que seas, porque si tu coche no corre, no ganas.

P: En este tiempo has narrado carreras de diferentes generaciones de pilotos, como de Michael y Mick Schumacher, y también para espectadores de generaciones distintas...

R: Es algo que me hace sentir mayor, porque llevo 20 años haciendo esto, que es un porcentaje alto de mi vida. Es divertido, porque mucha gente joven me para por la calle y me dice: "Vamos Magic, la 33". Y tú dices, perdóname, ¿cuántos años tienes? Y tiene 14, entonces le digo "tú no has visto a Magic", a lo que me responde que ha visto vídeos, se lo ha contado su padre y tal. Entonces piensas, ostras, al final no solamente he narrado carreras de Michael y de Mick, sino que he narrado para muchas generaciones diferentes.

Cuando estuve en el Gran Premio de España, vi a mucha gente joven, a padres con sus hijos, a personas que habían formado la marea azul y que ahora van vestidos de verde. Ahora, estos han inculcado a sus hijos la pasión por este deporte. Y es muy bonito.

P: Volviendo a ese 2004, cuando te ofrecen narrar la Fórmula 1, ¿qué piensas? ¿Lo llegas a dudar o aceptas rápidamente?

R: La verdad es que era una época en mi vida en la que no estaba para rechazar estas cosas, porque por aquel entonces estaba pensando en dejar hasta el Periodismo. Tenía una crisis de sentimiento por el Periodismo muy grande, porque estaba en la televisión, en Deportes, donde prácticamente no teníamos espacio, ya que los Informativos nos daban muy poco tiempo. Cuando llegó la Fórmula 1 pensé que este era un tren de alta velocidad en el que había que subirse: iba a parar muy poco tiempo en la estación, no podía dudar.

Me subí y en un principio no iba a hacer todo lo que hice al final. La idea era que yo dirigiera, pero después me fueron enganchando con más historias y al final era un poco hombre orquesta, porque dirigía, presentaba, narraba, entraba en Informativos... No te voy a mentir, era tremendamente estresante y fue una época en la que trabajé muchísimo. Tenía un nivel de ansiedad muy alto y los primeros años fueron extenuantes.

Pero no me puedo quejar, creo que en el fondo soy muy afortunado. Primero porque la F1 me cambió la vida, segundo porque pude estar en el momento adecuado y en el lugar preciso para narrar los años más brillantes de la historia del automovilismo en este país, y porque al final he ido pasando por muchas televisiones que han seguido confiando en mí.

Lobato y Alonso
P: Después de subirte a ese tren, llega el Gran Premio de Australia de 2004, ¿qué es lo que más te sorprende al pisar el paddock por primera vez?

R: Todo. Me sorprende todo. Y yo creo que el éxito fue ese. No sabía mucho de Fórmula 1, porque la veía cuando podía. Muchos años en los que yo hubiera querido ver la Fórmula 1, estaba trabajando haciendo fútbol, con lo que era difícil. Veía y leía cosas, pero no es lo mismo que estar trabajando como profesional de esto.

Entonces, cuando llegué a Australia, me acuerdo que entré con periodistas que conocía y que eran veteranos de Fórmula 1. Ellos veían todo con normalidad, pero a mí me sorprendía todo. Por eso, lo quería explicar todo, y empezamos a hacer previos muy didácticos, con los que enganchamos a la gente que no seguía las carreras.

Cuando Paolo Vasile (antiguo CEO de Mediaset España) me dio la oportunidad, me dijo: mira, la Fórmula 1 en este país la ven 300.000 o 400.000 personas, que son los que siempre la han visto, y que son fanáticos de este deporte. Esos la van a ver y te van a dar palos todos, pero yo no quiero que la vean solo ellos, quiero que la vean más millones de personas, que la vea tu madre, que la vea tu hermana, que la vean tus amigos, quiero que la vea todo el mundo. Y para eso hay que hacer algo diferente, porque si les hablas como un experto, si les cuentas historias muy sesudas, no se van a enganchar. Y ese fue nuestro trabajo.

P: Has narrado más de 300 grandes premios, entre ellos hay 31 victorias de Fernando Alonso , las tres de Carlos Sainz, el podio de Pedro de la Rosa... ¿Te has parado a pensar que los éxitos de la F1 llevan tu voz en la memoria de la gente?

R: Sí, sí, lo he pensado. Me fastidia no haber estado en la del 2003 (Hungría 2003, primera victoria de Fernando Alonso en la F1), porque las tendría todas. Pero sí, para bien o para mal, la banda sonora que acompaña esos momentos estelares es la de mi voz y es gratificante. Cuando tenga nietos, le pondré algunos de los vídeos que guardo en VHS.

P: Te preguntaba cómo has cambiado tú en ese tiempo y cómo ha cambiado la Fórmula 1, pero ¿cómo ha cambiado Fernando Alonso?

R: Le conocí en 2003 y era un tío muy tímido, muy introvertido. Algo en lo que coincidíamos, porque yo también soy tímido e introvertido, y los dos somos asturianos, con lo cual teníamos muchas cosas en común. Era un tío muy normal. La gran sorpresa para mí, acostumbrado a trabajar en fútbol, es que era uno de los 20 elegidos para estar en un mundo tan complicado como la Fórmula 1 y, sin embargo, era un tío muy normal, muy campechano; muy amigo de sus pocos amigos. Muy cercano cuando le tocaba ser cercano.

Una vez que te metías en su círculo, te trataba como a uno más, era muy divertido y y muy bromista cuando estás en su círculo de confianza, muy de andar por casa. Al final, Fernando volvía a Asturias y estaba con sus amigos de toda la vida y se divertía haciendo tonterías como puede hacer cualquier chaval normal.

Creo que en el fondo ahora se le ve más experimentado, más maduro, tiene más experiencia, más sobrado en el sentido que controla todo, y juega con las cámaras, pero sigue siendo igual. Quizá nuestra relación ya no es la misma, porque evidentemente yo dejé de viajar en el 2015 a las carreras y nos hemos visto mucho menos, pero yo creo que en el fondo... Yo le tengo un cariño enorme y él me lo va a tener siempre, porque aparte de piloto-periodista, creo que hemos sido algo más en muchos momentos.

P: Muchas veces se dice que Alonso se equivocó al cambiar de equipo en varios momentos de su carrera, por Red Bull, Brawn GP... y sin entrar en si se equivocó o no, ¿ha habido algún cambio que a ti te haya sorprendido en especial?

R: A toro pasado es muy fácil valorarlo... A mí solo me ha sorprendido una cosa, que te diría que incluso me dolió, que fue cuando volvió a McLaren (2015). Que se fuera de McLaren en 2007 lo aplaudí porque viví lo que pasó ahí, pero con todo lo que pasó en ese 2007, que años después volviera y se hiciera esa foto con Ron Dennis abrazándose... A mí eso no es que me doliera, pero dije 'no tiene sentido, no puede ser'.

En el fondo, porque también me sentí un poco involucrado y viví muy de cerca lo que pasó en 2007. Entonces, también hay que descubrir la capacidad que tiene la gente no de olvidar, pero sí de pasar una página y seguir trabajando con quienes te han fastidado mucho.

P: Igual que Alonso, tú también estuviste dos años fuera de la Fórmula 1. ¿Qué fue lo que te hizo dejarlo y qué fue lo que te hizo volver?

R: Me hizo dejarlo llegar a un punto en el que ya no podía más. Por el nivel de presión, por cosas que habían pasado en mi familia conmigo a muchos kilómetros de distancia. También empecé a estar un poco harto de la forma en la que la Fórmula 1 trataba a las televisiones, las dificultades que nos ponían, y llegó un momento en el que empezaba a no divertirme, sobre todo por todo lo que hay alrededor de un gran premio que no tiene que ver con el simple hecho de estar en directo y narrar una carrera.

Hablé con quien trabajaba entonces y le dije que no quería seguir porque no estaba disfrutando y podía no estar haciendo bien mi trabajo. Me convencieron para hacerlo un año más y yo puse la condición de hacerlo desde Madrid. Me lo aceptaron, creo que funcionó, y cuando ya acabé el contrato que tenía con Antena 3, me fui.

Tuve otros proyectos que fueron alucinantes, que no tenían nada que ver con la Fórmula 1, y que me sacaron de mi zona de confort: creo que aprendí mucho. Después, me llamó otra vez Movistar y me dijeron que querían que volviera y que eligiera lo que quería hacer. Entonces acordamos que no viajaría, yo tampoco quería tener ninguna responsabilidad ni dirigir: quiero subirme al coche y conducir, que es lo que quieren todos los pilotos; es decir, yo quiero narrar.

Después llegó DAZN, que me ofreció lo mismo, así que hago lo que quiero, disfruto mucho, voy a alguna carrera más... pero en el fondo también me viene bien para sentirme vinculado y conectado con la Fórmula 1 de ahora.

P: Para acabar, si tuvieras que elegir la mejor carrera y la peor de todo este tiempo narrada por tí, ¿cuál sería?

R: Yo creo que hay una que es bestial, que fue muy divertida, que fue Imola 2005, donde vivimos el duelo de Fernando Alonso con Michael Schumacher, más que nada porque era una metáfora de lo que podía ocurrir ese año, 2005, donde Fernando ganó su primer Mundial. Sería muy fácil decir que la mejor fue Brasil 2005 pero la carrera no fue espectacular, aunque me acuerdo de la responsabilidad, de saber que estaba parado el país.

Y, ostras, teníamos siete millones de espectadores y era un reto. Tratabas de aislarte y no pensar en eso, porque daba miedo. Esas carreras fueron muy buenas. Me acuerdo también de Hungría 2006 con el podio de Pedro, de la victoria de Carlos en Singapur...

Pero, por otra parte, también recuerdo un Gran Premio de Japón muy difícil, que fue en el que ocurrió el accidente de Jules Bianchi. Tengo malos recuerdos siempre de Japón, le tengo un poco de manía, porque en Japón me tocó narrar el accidente de Bianchi, que a la postre fue terrible, y también en Japón, durante unos entrenamientos libres, tuve que contar la muerte de María de Villota. Creo que ese es el peor momento de mi vida trabajando.

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