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![]() Advanced Member ![]() ![]() ![]() Grupo: Members Mensajes: 3.634 Desde: 11-March 08 De: Spain Usuario No.: 3.057 ![]() |
Introducción
Lo que más me gusta de todo lo que he escrito en estos años en el foro son las crónicas de algunos de los Grandes Premios que he tenido la suerte de presenciar: el GP de Italia de 2003 en Monza, el GP de San Marino de 2004 en Imola, el GP de Mónaco de 2005 y por último mi visita al paddock de Montmeló para el GP de España de 2006. Por el momento no tengo previsto asistir a más carreras en un tiempo y es por eso que comenzó a rondarme la idea de recopilar en un tópic todas esas crónicas. Algunos pensarán que lo hago por pura vanidad, y reconozco que en parte así es, pero en el sentido de que me siento orgulloso de lo que escribí en su día y no se me ocurre con quien mejor compartirlo que con los foristas, no por considerarme mejor aficionado que nadie ni querer colocarme medallas de veterano y sabelotodo sino simplemente por compartirlo. También lo hago para ponérselo fácil al que no haya tenido oportunidad de leerlas en su día y, sobre todo, por añadirles algo más: las fotos que en su día no publiqué. Además, ya puestos, he decidido añadir mis recuerdos y fotos de todos los GP a los que he asistido, no sólo los anteriormente citados. He aquí la historia de los 11 GP que he vivido, mi historia de amor con la F1, las carreras de coches por excelencia. -------------------- Forza Ferrari
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Alfa Romeo Tipo B P3 3.8 1935 (1932-1935)
Para empezar mi colección de coches de F1 (sin contar los Ferrari) tenía claro que había que empezar con los monoplazas más emblemáticos de la Golden Era. Con ese nombre se conoce a la época previa a la Segunda Guerra Mundial en la que el nivel de la máxima competición del automovilismo (los Grandes Premios, aún no se llamaba Fórmula 1) había alcanzado unas cotas de competitividad y refinamiento técnico impresionantes para la juventud del deporte y para los años que corrían, los 30 del siglo XX. Los coches que marcaron aquella época fueron los Mercedes y los Auto Union. Estas dos marcas alemanas fueron las grandes dominadoras en aquel tiempo y produjeron coches realmente admirables incluso para los estándares actuales. En el altamente recomendable libro de Chris Nixon Racing the Silver Arrows, en un anexo final en el que se muestran todos los resultados de entonces, se dice que Mercedes y Auto Union rivalizaron en 47 Grandes Premios en el intervalo de la Golden Era y que alguno de ellos ganó todas aquellas carreras. Salvo una. Los protagonistas de ese milagro fueron el coche que nos ocupa y el inconmensurable Tazio Nuvolari. Como ferrarista que soy tampoco podía dejar de tener un coche de la Scuderia Ferrari antes de que ésta empezara a hacer correr sus propios coches. En cierto modo el origen de Ferrari señala exactamente su razón de ser: un equipo de carreras antes que un constructor de vehículos deportivos. Qué mejor monoplaza para recoger todo esto que el famoso Alfa Romeo P3 que venció tan sorprendentemente en el Gran Premio de Alemania de 1935 con el número 12 en los costados (además de con el emblema del cavallino rampante) y con el gran Nuvolari al volante. En un principio buscaba simplemente cualquier Alfa de la Scuderia Ferrari de esa época pero cuando di con precisamente este monoplaza lo compré con los ojos cerrados. La reproducción es además bastante buena y no me canso de mirarlo. Me lo imagino perfectamente, con su aspecto antiguo y desfasado frente a los modernísimos Mercedes y Auto Union bailando en las ciento y pico curvas del Nurburgring camino de una victoria prodigiosa, posiblemente el Gran Premio más extraordinario y famoso de la historia. El 28 de julio de 1935 todo estaba preparado en el Nurburgring (entre 250 y 300 mil espectadores, que se dice pronto) para una victoria de un coche alemán, probablemente un Mercedes que hasta ese momento estaba dominando las carreras de la temporada con autoridad o si no un Auto Union. Mercedes alineaba cinco coches para gente como Rudolf Caracciola, Herman Lang, Luigi Fagioli, Manfred von Brauchitsch y Hans Geier y Auto Union cuatro para Achille Varzi, Bernd Rosemeyer, Hans Stuck y Paul Pietsch. Casi nada. La Scuderia Ferrari ponía en pista tres Alfa Tipo B o, como suelen ser más conocidos, P3. Para Nuvolari tenía la especificación más moderna y potente con el motor aumentado hasta los 3.8 litros, los coches de Chiron y Dreyfus eran la versión de 3.2 litros. Aún así el coche de Nuvolari tenía 100 cv menos que las máquinas alemanas. La salida se da con el suelo aún mojado y con un novedoso sistema de semáforos. Por entonces la posición en la parrilla se sorteaba y Nuvolari parte desde la primera fila. Pero pronto los Mercedes toman el mando con Caracciola en cabeza seguido de sus compañeros Fagioli y Von Brauchitsch, Nuvolari va cuarto con Rosemeyer detrás. En la vuelta 9 sin embargo Nuvolari acelera y marca la primera vuelta por debajo de 11 minutos de la historia del Ring (aunque es superada en la vuelta siguiente por Rosemeyer y seguirá bajando durante toda la carrera hasta 10m 32.0s por parte de Von Brauchitsch) adelantando en el proceso a los tres Mercedes para ponerse líder. Poco después llegan las paradas en boxes para repostar y mientras que los alemanes realizan las suyas sin problemas, los mecánicos de Nuvolari tienen problemas y se ve relegado a la sexta plaza. Las siguientes vueltas de Nuvolari, enrabietado, son posiblemente las mejores dadas nunca en el Ring (junto con las finales de Fangio en el 57) y ayudado por un par de paradas pendientes de algunos rivales se aúpa hasta la 2ª posición sólo por detrás de Von Brauchitsch. ?ste también comenzó a tirar fuerte dejando la distancia con Nuvolari a 88 segundos. Nuvolari sin embargo tenía un as en la manga: había puesto en su Alfa unos neumáticos con una capa más gruesa de goma de la habitual y que aguantarían toda la prueba; por contra Von Brauchitsch comenzaba a tener problemas: se empezaba a ver la lona en sus neumáticos traseros. El estilo poco fino del alemán sumado a que la pista ya estaba completamente seca jugaban en su contra. El que Nuvolari no bajara el ritmo tampoco le ayudó, claro. Así, a pesar de que el jefe del equipo Mercedes (el merecidamente célebre Neubauer) le pidiera a su piloto que bajase el ritmo, Von Brauchitsch ni quería (deseaba ganar el GP de su país) ni podía (Nuvolari acechaba) hacerle caso. Aun así Nuvolari fue reduciendo la distancia hasta que al comienzo de la última vuelta sólo 35 segundos separaban a los líderes. Era una distancia imposible de enjugar hasta para Nuvolari pero finalmente los neumáticos de Von Brauchitsch cedieron y el pequeño italiano lograba su victoria más famosa. Se cuenta que, tal era la confianza alemana en la victoria, en el podio no tenían preparado más que el himno alemán. Por suerte Nuvolari también tenía solución hasta para eso: llevaba siempre consigo una copia del himno italiano. Supuestamente para que le diera suerte. ![]() -------------------- Forza Ferrari
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