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![]() Advanced Member ![]() ![]() ![]() Grupo: Members Mensajes: 3.634 Desde: 11-March 08 De: Spain Usuario No.: 3.057 ![]() |
Introducción
Lo que más me gusta de todo lo que he escrito en estos años en el foro son las crónicas de algunos de los Grandes Premios que he tenido la suerte de presenciar: el GP de Italia de 2003 en Monza, el GP de San Marino de 2004 en Imola, el GP de Mónaco de 2005 y por último mi visita al paddock de Montmeló para el GP de España de 2006. Por el momento no tengo previsto asistir a más carreras en un tiempo y es por eso que comenzó a rondarme la idea de recopilar en un tópic todas esas crónicas. Algunos pensarán que lo hago por pura vanidad, y reconozco que en parte así es, pero en el sentido de que me siento orgulloso de lo que escribí en su día y no se me ocurre con quien mejor compartirlo que con los foristas, no por considerarme mejor aficionado que nadie ni querer colocarme medallas de veterano y sabelotodo sino simplemente por compartirlo. También lo hago para ponérselo fácil al que no haya tenido oportunidad de leerlas en su día y, sobre todo, por añadirles algo más: las fotos que en su día no publiqué. Además, ya puestos, he decidido añadir mis recuerdos y fotos de todos los GP a los que he asistido, no sólo los anteriormente citados. He aquí la historia de los 11 GP que he vivido, mi historia de amor con la F1, las carreras de coches por excelencia. -------------------- Forza Ferrari
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Sábado, 13 de mayo de 2006
Esta vez todos los programas coincidían: la jornada comenzaba a las ocho y media de la mañana. A esa hora estábamos en la puerta del Paddock Club. Al entrar, aprovechando que no había aún mucha gente, probamos los monoplazas con el juego de F1 que había a la entrada que comenté antes: eran tan estrechos que hasta me hice daño al salir. Ya se oían el rugido de los motores de la clasificación de la TGP, o sea, los monoplazas antiguos de F1. Llegamos a la zona de Ferrari. Esta vez los regalos fueron un polo y una gorra del Ferrari Formula 1 Club. Una vez allí volvimos a desayunar al tiempo que me asomaba para ver los fórmula 1 antiguos. Disfruté mucho viéndolos pasar a toda velocidad por la recta principal con sus sonidos tan distintos entre sí. Intenté cazar alguno con mi cámara pero lógicamente fue más fácil cuando pasaban despacio bajo nosotros camino de sus "boxes". Cuando acabó la calificación de la TGP comenzaba la hora y media de paseo por el pit lane para los afortunados asistentes del Paddock Club. Mientras esperábamos a que nos abrieran la valla de acceso al pit lane fui testigo de una simpática charla entre dos técnicos japoneses de Toyota que, sinceramente, parecían que estuvieran disfrazados de mecánicos de Toyota en vez de ser técnicos del equipo. El caso es que parecían muy relajados y lo mismo reían sin apenas haber dicho nada que comentaban los datos en un folio sobre la carpeta de uno de ellos. Justo al entrar al pit lane comenzó a llover, por suerte no durante mucho tiempo. Mientras todo el mundo enfilaba hacia los boxes de los equipos de F1 yo me di cuenta que los antiguos monoplazas que acababan de terminar su sesión estaban entre unas vallas allí mismo, a la entrada del pit lane. Varios de sus afortunados propietarios/pilotos abandonaban el tal parque cerrado, vi que eran bastante mayores, en consonancia con sus preciosos bólidos. No sé si sería a causa de la lluvia, pero aquella zona estaba abierta y ni corto ni perezoso me acerqué para fotografiar a los preciosos monoplazas, entre los que pude distiguir los siguientes: Lotus 78 (1977), Lotus 81 (1982), McLaren M30 (1980), Williams FW07 (1979), Williams FW08 (1982), Brabham BT49 (1981), Tyrrell 008 (1978), Tyrrell 012 (1983), Wolf WR1 (1977), Surtees TS19 (1976), Fittipaldi FD05A (1978) y Minardi M85 (1985). Había otros cuantos que no recuerdo o que no supe identificar... Me uní a mi mujer, mi padre y mi cuñado en el paseo por el pit lane. Nosotros ya lo habíamos visto el día anterior pero mi padre no y además, al menos yo, no me cansaba de curiosear aquí y allá. Había más gente en todas partes, se notaba que ya era sábado, pero como el día anterior, se acumulaba multitud de gente tras las cintas de Ferrari. Nosotros habíamos hecho la tarde anterior la pequeña visita guiada por los boxes de Ferrari, algo que estaba vedado para los que se agolpaban junto a la cinta mientras se sacaban fotos e intentaban que les dejaran pasar. Dentro de la cinta había gente así que mi padre se empeñó en que nosotros deberíamos poder pasar ya que nuestra acreditación decía claramente que éramos huéspedes de Ferrari. Por probar que no fuera: nos plantamos junto a la cinta y enseñamos nuestra tarjeta: nos abrieron la cinta y pasamos adentro. Ahora sí que nos sentíamos especiales, mirados con envidia por los demás visitantes del pit lane. Sin la actividad del día anterior cuando visitamos los boxes ahora lo disfrutamos más y pudimos acercarnos más a los coches, hasta casi tocarlos. Un mecánico se prestó incluso para hacernos una foto de grupo junto al Ferrari 248 F1 número 5 de Michael Schumacher. Nos sentíamos muy vips y privilegiados pero lo cierto es que, como habíamos visto por nuestro paseo entre los motorhomes el día anterior y ahora dentro del box, había otros dos niveles superiores: acreditaciones verdes y acreditaciones rojas. Además, allí dentro del box había gente que parecía que estuviera en su casa, supongo que invitados de los patrocinadores, sobre todo Bridgestone (unos simpáticos japoneses eran fotografiados por un técnico de la marca de neumáticos dentro del box) y Shell. Concluímos la visita al pit lane saliendo de allí justo enfrente de donde acaba el muro y los coches se reincorporan a pista. Lo cierto es que allí, de pie en el asfalto el circuito impresiona por su grandeza, la recta parece eterna, la cinta de asfalto anchísima... Para ver la sesión de entrenos libres de F1 decidimos usar la pequeña grada que hay reservada para los asistentes del Paddock Club. También a la entrada de esta tribuna había un pequeño bar y unos aseos, la verdad es que no les falta detalle a estos del paddock... Esta pequeña grada está en el interior del recinto del circuito, entre la recta principal y la curva 7, frente a la tribuna J por un lado y a la pelouse que se extiende bajo la tribuna N por el otro. El sitio era fantástico, si te ponías a un lado veías los coches salir de boxes y reincorporarse a la pista o pasar a toda velocidad justo antes de la frenada para la curva Elf y si te ponías por el otro les veías descender desde la curva Seat, pasar la curva 6, empezar a frenar para la 7 y acelerar al pasar sobre la 8 que es la que lleva a la curva Campsa. ?sta última, la curva 8, era la más divertida de observar puesto que usaban todo el piano, a veces hasta tocando la tierra (como le vimos hacer a Alonso) y a veces el coche se les iba un pelo en la trasera. Me pareció que los Ferrari andaban muy bien y, como digo, vi a Alonso un poco forzado o quizá forzando... Regresamos a la zona de Ferrari para comer. Antes volvió a pasar por allí Marc Gené para comentar cómo iban las cosas en el equipo, parecían muy confiados y optimistas de cara a la calificación. Luego nos habló Stefano Domenicalli, director deportivo de la Scuderia, a través de la conexión en directo desde los boxes. Cuando terminó cedió la palabra a la responsable de Shell que nos dio unas charla sobre cómo es el combustible que usan para los F1, más bien una especie de publirreportaje de alto nivel. El recinto estaba muy lleno ya, a diferencia que el día interior todas las mesas estaban ocupadas. Me daba la impresión que la mayoría de los que estaban allí les daba un poco igual la F1, básicamente creo que en su mayoría eran invitados de los patrocinadores de Ferrari: Shell, Vodafone y AMD, parecía que estuvieran allí como premio o incentivo de estas empresas en España. En cualquier caso creo que puedo decir sin miedo a equivocarme, que el más apasionado por la F1 y Ferrari allí era yo. Cuando estábamos esperando a que nos sirvieran la comida oí que alguien hablaba por micrófono en el apartado de al lado, que era el de Mobil 1: era Pedro de la Rosa. Me levanté para comprobarlo y me asomé en la entrada. Allí estaba Pedro comentando, no muy contento, los resultados de su equipo, decía que esperaba que calificaran en el top diez, que con eso se conformarían. Aun así hizo alguna que otra broma. Emocionado de tenerle tan cerca regresé a la mesa a por mi cámara de fotos y me aposté en la puerta a la espera de que acabara su parlamento y saliera. Las amables recepcionistas de Mobil 1 me dejaron coger varias tarjetas de Pedro y al poco se me unió mi cuñado. Una vez acabó, Pedro se dejó fotografiar y firmó autógrafos allí dentro mientras alguien se lo pidiera. Fuera nos habíamos acumulado bastantes personas esperando que saliera. Cuando nos vio al salir no se incomodó mucho y repitió la operación de autógrafos y fotos, empezando por dos niñas pequeñas. Mientras se hacía la foto le dijimos si se echaría una con nosotros, que éramos foristas. Al escucharlo nos miró directamente diciendo: "¿Sí? Bien, bien, seguid ahí." Le dije "Descuida, seguiremos, ahí estamos desde el 2000..." Sonrió y posó entre los dos para hacernos la fotos juntos, luego nos dio la mano sonriente y no pude más que darle un toque en la espalda diciéndole: "Muchas gracias, Pedro, eres grande..." A mi mujer le firmó una de las tarjetas para su hermano. Emocionado regresé a mi puesto en la mesa para comer, pero no pude remediar acercarme al ordenador conectado a internet que allí había para escribir en el foro que había estado con Pedro, como leeríais en su día. Tras esta gran emoción que fue cumplir uno de mis sueños, comimos y volvimos a ir a la grada para ver la calificación desde allí. Fue bastante interesante y, aunque mi corazón es ferrarista, no puedo negar que fue digna de ver la reacción de las masas cuando Alonso marcó la pole position. Aun así yo seguía convencido de que Ferrari acabaría ganando la carrera. Massa era de la misma opinión que yo según comentó cuando estuvo en nuestra zona explicándonos cómo había ido la clasificación. Es muy bajito y delgado y no estuvo especialmente amable ni paciente, firmo apenas un par de autógrafos y se largó. Al ver poco después la salida de la carrera de GP2 desde tan cerca y justo enfrente de la parrilla alucinamos con el ruido y el crescendo que se produce al subir de revoluciones los coches antes de salir disparados y empezamos a intentar imaginar cómo sería con los F1 al día siguiente. De nuevo se organizaron pequeñas visitas a los boxes de Ferrari con los pocos que aún quedábamos allí (la mayoría se había ido al acabar la calificación de F1). Avisamos a mi padre e hicimos una visita muy parecida a la del día anterior. Prácticamente nos explicaron y enseñaron lo mismo pero no me hubiera perdido el privilegio de bajar a boxes por nada en el mundo. Allí seguían los mecánicos trabajando como el día anterior, con la única diferencia de que, al estar en régimen de parque cerrado había un delegado de la FIA observando todo lo que se hacía al coche. Una curiosa foto la de un tipo cruzado de brazos con su peto de la FIA mirando cómo dos o tres mecánicos trabajaban sobre el monoplaza. Esta vez la visita no fue guiada por nuestro simpático Roberto sino por un tipo más bien gordo, rubio y con perilla al que se puede ver en los boxes de Ferrari en todas las retransmisiones televisivas en primera fila mirando los monitores o bien junto a Schumacher llevándole el casco o simplemente como ayudante. Jamás le olvidaré porque me obsequió con una sorpresa inesperada y que me llenó de orgullo. El tío se dio cuenta de que yo era el que más alucinaba con todo y que no paraba de echar fotos a todo, a cada detalle, y me preguntó "¿tú eres el loco de Ferrari, no?" (mi padre le había comentado algo en su inglés macarrónico) y le contesté que sí. Entonces, volviéndose al grupo les dijo: "Vosotros esperad aquí" refiriéndose al exterior del box (no se nos dejaba pisar la zona de dentro, inmaculadamente blanca e impoluta); entonces me miró a mí y me dijo: "tú, ven conmigo". Entramos al box, a la zona vedada junto al coche, junto a los mecánicos, junto a las herramientas. Yo estaba alucinando. Pero no se detuvo allí, entró a las "tripas" del box, lo que no se ve en la tele, por donde desaparecen los pilotos cabreados cuando se han retirado antes de tiempo; yo, por supuesto, le seguía mirándolo todo con ojos alucinados. Me llevó a la sala donde cuatro o cinco ingenieros con cara cansada y aspecto perezoso miraban pantallas de telemetría y múltiples datos. Al oírnos entrar levantaron la vista y me miraron como preguntándose quién sería yo y qué haría allí. Mi guía me dejó mirar aquello apenas un par de segundos y me dijo "vamos". Salimos al exterior donde todos nos esperaban intrigados, yo con mi sonrisa de oreja a oreja. Me sentía un privilegiado entre los privilegiados. Mi mujer me preguntaba "¿qué, qué?" y lo cierto es que parecieron algo decepcionados cuando les conté lo que había visto... Pero para mí fue un sueño, una suerte, un privilegio de un par de segundos. Alucinante. Vimos el final de la carrera de GP2 por la pantalla gigante en nuestra mesa del Ferrari F1 Club y me indigné con la acción de Premat sobre Hamilton en la última vuelta (tengo cariño por Hamilton desde que le vi ganar por Eurosport la Paris-Bercy de karting hace un siglo). Me asomé a ver si se notaba tensión o mal rollo en la ceremonia del podio pero no, el equipo celebró el doblete con normalidad. A continuación se disputaba la carrera de los fórmula 1 antiguos. Fue un gustazo ver el mimo con el trabajaban en ellos los mecánicos y pilotos en la parrilla y también con la cantidad de "patinaje artístico" con el que nos deleitaron en la arrancada. Como era ya la última actividad del día antes de que cerraran el Paddock Club fuimos a ver acabar la carrera desde la grada, por ver la diferencia de velocidad y comportamiento de los coches con los F1 modernos sobre todo en la frenada y en la subida de la curva 8. Se me ha quedado grabada la imagen del Tyrrell del 78 en azul marino subiendo aquella pronunciada cuesta al tiempo que el sol se reflejaba sobre el asfalto dándole un crepuscular aspecto dorado. Había sido una jornada muy emocionante: había conocido a Pedro de la Rosa y había estado dentro del box de Ferrari, era incapaz de pedir más. (continuará) -------------------- Forza Ferrari
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