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> OT: Mi primera vez (ladrillo)
Zapa
mensaje Jan 4 2004, 01:38 AM
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Buenas!

Algunos de los que estais aquí me conoceis. La mayoría supongo que no, puesto que ya hace mucho tiempo que no me paso. De todos modos baste decir que soy aficionado a este mundillo como todos. Sin embargo, tenía una espina clabada desde hace años. No me podía considerar un verdadero aficionado sin haber probado en propia carne la sensación de competir con un vehículo. Por diversas causas esto no había sido posible hasta hoy, y si me lo permitís querría compartir esta experiencia con vosotros, puesto que vale (y mucho) la pena.

La historia comienza ayer, día 2 de enero de 2004. Para variar se me habían fastidiado los planes de vacaciones. El no saber hasta última hora cuáles van a ser tus días libres no lo facilita demasiado. El caso es que me encontraba a las puertas de un fin de semana que se presentaba aburrido, con ganas de hacer algo fuera de lo normal... Antonio, uno de mis mejores amigos estaba conmigo y le comenté la posibilidad de ir a algún karting. Al
contrario que mis amigos yo soy el único que regularmente sigue las competiciones de motor, así que incluso me extrañó cuando dijo que sí tan rápidamente.

Manos a la obra pues! Había que decidir cuál era el destino final. Yo sabía que los
antiguos compañeros del foro cuando hacían quedadas por mis tierras (Catalunya) tenían
algunos lugares predilectos: Osona, Vendrell, Cardedeu, el Indoor... Fui investigando, hablando con gente (gracias por tu ayuda, Jes!) y llamando por teléfono pidiendo tarifas y esperando que no hubiera ningún tipo de competición o reserva. ¡Mal rollo, la mayoría no contestan o están reservados! Las navidades parecen ser épocas en las que todo el mundo va a correr en kart...

La verdad es que estaba a punto de mandarlo todo a la porra. En fin, me quedaba sólo la esperanza del kartòdrom, al lado del Circuit de Catalunya en Montmeló. Un karting muy normalito por lo que me habían dicho. Pero es que tampoco se podía escoger mucho... Por suerte se podía ir durante todo el día ¡Menos mal! El precio, dependiendo del abono. Por supuesto que íbamos a ir... ¡No hay más narices!

Al día siguiente a las once de la mañana iniciamos la marcha yo y cinco amigos más, después de los consabidos mapas y pérdidas llegamos allí. Nada más bajar de los coches ya escuchamos el típico sonido del motor de dos tiempos a tope de revoluciones. Jode.r, sí que hace ruido la cosa... Nos acercamos y podemos observar el trazado desde la posición elevada que nos ofrece el parquing.

El circuito, no es grande pero tiene de todo. Un par de rectas largas, un par de chicanes, curvas lentas, curvas más rápidas... completito. Llegamos a la taquilla y una duda me asalta... ¿Qué coño le digo yo a la tía esta? Llegando a la conclusión de que voy a quedar como un estúpido diga lo que diga resuelvo ir por la vía directa. Por suerte la taquillera es joven y no es la primera vez que ve a pringadillos.

- Ejem... buenos días.
- Hola, qué tal?
- Verás, mis amigos yo somos unos pringaos del copón. No hemos visto un kart ni en pintura y queremos acabar convirtiéndonos en Ayrton Senna.

Una sonrisa... perfecto, ha dado resultado! (o eso parece) La chica nos lo explica todo con detalle, las tarifas, las normas, por donde hay que ir y más o menos cómo va todo el tinglado. Bien, no parece tan difícil después de todo...

Justo acabo de pensar en esas palabras cuando un tío pasa como una exhalación por la parte de pista que tengo visible... Dios, va realmente rápido. Acto seguido pasan dos más prácticamente tocándose culo y morro a una velocidad endiablada por una chicane. Glub... ¿Qué es esto que noto en mi garganta? ¿Los huevos no van más abajo normalmente? Miro lentamente a mis amigos y veo que están igual. Mama mía, ande me metíooo...

Pero ya no hay vuelta atrás. Me he pillado seis tandas aprovechando que me regalaban una y pensando en un posible retorno al kartòdrom un mes de estos. Hay que correr por cojones, pero el simple hecho de compartir la pista con uno de esos me los pone de corbata. Sí, estaba literalmente cagao, pero a la vez también estaba impaciente por probar.

Nos quedamos un rato mirando la gente cómo corría con los karts de competición y la sensación se acentuó. Derrapes, trompos, algún que otro choque... ¿Y nos vamos a meter ahí? Joder, hay que ser masoca. Me sentí como la primera vez que veía el Dragon Khan en Port ventura, escuchaba los gritos de la gente y sabía que tenía que probarlo. TENÍA QUE HACERLO!.

Nos situamos en la escalerita de acceso al parquing de karts de alquiler y vemos los boxes. Mecánicos trabajando, pilotos totalmente equipados, olor a goma nueva y sobretodo a aceite quemado. Madre mía, sí que estoy nervioso... Al cabo de un rato se abre la portezuela de acceso al parquing y el encargado nos pilla los tiquets. Pillo un casco, me lo pongo y me indican mi kart. El ruido de los karts de competición que siguen en la pista me eriza el vello del pubis, pero cada vez tenía más ganas. ¡Ya estamos a punto!

El encargado tira de la correa de arranque y el motor se pone en marcha. Caramba, sí que vibra esto... ¿No hay cinturón de seguridad? ¿Y si salgo despedido a toda leche? Las ruedas parecen un poco jodida.s, ¿no? (ahora pienso todo esto y me doy risa a mí mismo, hay que jo.derse...) Bueno tú, que sea lo que dios quiera. El encargado nos mira a todos, mira la pista, pone en marcha su cronómetro y nos hace la señal de que vayamos entrando en el trazado.

Suavemente voy presionando el pedal derecho y el motor aumenta de revoluciones paulatinamente pero no se mueve. Miro por el rabillo del ojo y mis compañeros están igual de nerviosos. Aprieto más, un poco más, un poquito más... Un leve tirón y el kart se comienza a mover. El compañero que tenía delante ya ha salido y Antonio no me ha esperado. ¡Será cabró.n! Piso fuerte y salgo a la pista definitivamente.

A ver, tranquilo... la primera vuelta mejor la hacemos despacito y reconociendo el terreno. Que pase por delante quien quiera... aún queda tiempo y tandas para la revancha. Esta curva paquí, esta pallá, aquí puedo acelerar, aquí frenar... Joer, si está tirao.

Animado por el éxito de ese primer tanteo empiezo a pisar más el acelerador y en ese instante dos karts de competición me pasan por el lado a un ritmo increíble. Del susto, piso más el acelerador sin querer y el kart empieza a derrapar ¡Joder, no quiero acabar ya en la hierba a la primera vuelta! ¡Quita el pie del freno, melón! ¿No ves que es peor? Acelera, que haya tracción, contravolante, contravolante.... dominado! Mmmm... no ha estado mal.

Pero ahora que he descubierto el tema del derrapaje quiero más. Tengo más confianza. Acelera, acelera... recuerda los simuladores a los que has jugado... Entro en una de las rectas y piso, piso, acelero, push Zapa, push... ;-) Se acerca el piano, hay que probarlo. A cierta distancia piso el freno, llego al ápice, es el momento. Acelero de golpe, las ruedas de atrás se van, contravolante, el kart describe toda la curva con docilidad, quedo encarado en la siguiente recta, libero el volante y sigo adelante ¡Perfecto!

Pero la adrenalina ya se ha liberado y quiero más. Se acabaron las pruebas. ¡Quiero correr! Al fondo veo un anorak que reconozco. ¡Estoy alcanzando a Antonio! Es la hora de la revancha. Acelero, freno, derrapo, acelero, acelero, me sorprendo a mí mismo buscando un retrovisor que no existe y una palanca de cambios bajo el volante. ¡Maldita sea, quiero más! Ya llego, ya le alcanzo, me pongo detrás de él. A rebufo. ¿Rebufo en un kart? Es igual, ya estoy metido en el papel y estoy a rebufo. Me pego a él como una lapa, veo que gira levemente la cabeza y se da cuenta que me lo voy a merendar con patatas. Él aún conduce con precaución. A mí ya se me olvidó lo que es eso y sólo quiero pasarle. Tomo la curva más rápido que él, encauzo la recta y acelero, acelero... Justo en la curva en la que había "ensayado" mi primer derrapaje me salgo de detrás, apuro frenada (aunque no era necesario porque él frenó bastante antes) y empiezo el adelantamiento. De repente me doy cuenta que es posible que ni me haya visto y acabe cerrándome y mandándome a la hierba y hago lo único que se me ocurre. ¡Grito!

- ¡¡Que voooooyyyyy!!

Podrá parecer cómico pero funcionó. Antonio se acojona al oirme, al verme y al no verme. Le he arrancao las pegatinas por lo menos, pero no me ha cerrado. Pero ¿qué es esto? ¡Esta sensación es genial! Pero me encuentro con las indicaciones del encargado para entrar en el parquing. Ya pasó el tiempo. ¿Ya? Pero si acabábamos de entrar como quien dice...

El "debriefing" en la cafetería resultó feroz. Todo el mundo quería hablar. Todo el mundo tenía algo que decir. Estábamos absolutamente drogados por las sensaciones. Antonio me metió una bulla del quince.

- ¡Cabró.n, vaya susto me has dado!
- Es que tenía miedo de que no me vieras y me cerrases
- Tío, eso no se hace... me pasas y listos

Y no le faltaba razón. "En la próxima tanda te vas a enterar" me prometí. Y de repente nos encontramos todos apurando las bebidas para entrar de nuevo en pista lo antes posible. Esta vez de verdad. Esta vez a por todas desde el primer momento. ¡A morir! Ya no me impresionaban los karts de competición que pasaban flechaos porque pensaba ir del mismo palo (salvando las diferencias de potencia, claro está). Venga, ticket, casco, kart asignado...

Esta vez ya no toco suavemente, esta vez me miro al encargado a la vez que pienso, "Venga, venga... a qué c... esperas?". Me toca el primero, la señal, ¡bendita sea! ¡Gas a fondo! ¡AAAAahhhh! Acelera, toca freno, derrapa, acelera, prepara el siguiente derrape, ¡Dios esto es gloria! ¡Quiero más, más! Pero de repente caigo en cuenta que siendo el primero no tengo a nadie a quien adelantar. Bueno, pues nada... a ir rápido. Craso error... en una de las curvas después de la recta veo a dos de mis compañeros intentando adelantarme, ¡a la vez! ¿Qué? ¡Maldita sea, ahora no que hay una curva! Tres en paralelo, yo en medio, la curva de izquierdas se aproxima. ¡No pienso ceder! El de mi izquierda me empieza a cerrar, el de mi derecha a "abrir". ¡Mierd.a, he dicho que no cedo! Casi contra mi voluntad, por puro instinto aprieto gas a fondo, le saco un poco de ventaja al de mi derecha que sigue intentando "abrirse". Él intenta dar gas pero comete un error. Su kart toca con el mío, empieza a desplazarme y me toco con el de mi izquierda justo en el momento de tomar la curva. Nadie cede y cuando me doy cuenta veo al de mi derecha en la hierba. Ha sido demasiado avaricioso y se le ha ido el kart al querer adelantar por el exterior. "La cagaste, es la guerra" Sin embargo, no puedo evitar el adelantamiento por el interior que me hace el compañero de la izquierda. Es más, no he podido evitar hacer mi primer trompo puesto que era eso o seguir el camino de mi compañero caído en combate.

Jode.r, me siento cabreado, ¡humillado! ¡Esto no puede quedar así! Arranco de nuevo e intento alcanzarle pero no puedo... ¿Cómo es posible? En las rectas se me va. Su kart tira mucho más que el mío. Y de golpe entiendo por qué me alcanzaron tan deprisa aunque yo salí antes que ellos... y entiendo también que la única manera de alcanzarle ahora es sacándole ventaja en las curvas.

Ya no voy en kart para probar, ni para conducir, ni para pasarlo bien... ¡conduzco para pasarle! Y ya voy como un poseso. Antes pisaba el freno. Ahora le doy leves toques en apenas tres o cuatro curvas. Derrapo al límite. Más de una vez noto las ruedas del Kart elevarse del suelo pero me da igual. ¡he de pasarle como sea! Y poco a poco veo que se va acercando. Se va en las rectas pero en las curvas le pego un repaso. Ya lo tengo... lo tengo ahí, a tocar. Un poco más, ¡un poco más! ¡le cojo! ¡le cojo! ¡le... mierda! ¿Otra vez el encargado? No puede ser... ¡Ahora no!

De nuevo en el parquing no hace falta decir nada. No tenemos cola. ¡Nadie se baja del kart! Automáticamente le damos otro ticket al encargado que sonríe. Sabe que estamos drogados. Que ya no podremos pasar sin ello. ¡Nos ha enganchado!

Maldita sea, esta vez he de desquitarme. Salgo de los últimos. Bien, más para adelantar... ¿Más para adelantar? ¿Me estaré volviendo loco? Hace apenas cuarenta minutos estaba temblando de nervios y miedo y ahora sólo puedo pensar en la sensación de haber adelantado y la rabia de haber sido adelantado.

¡Adelante! Seguramente será la última tanda y hay que disfrutar al máximo. En la primera vuelta ya veo a Antonio cerca. No quería que le pasase a lo profesional? Pues se va a enterar. Zig, zag, zig, zag. Derrape, derrape... ya lo tengo a tiro. ¡Te vas a enterar quién soy yo a final de recta! Le tengo, le tengo... acelero, acelero... Voy a apurar la frenada al máximo y le dejaré tiritando. Ya tengo la recta, estoy a punto de tocarle, me salgo, le estoy adelantando. ¡Dios, esto es gloria! Aguanta, aguanta... ¡Aguanta! ¡Pisotón al freno!

Desgraciadamente he sido demasiado optimista con los frenos y me he pasado tres pueblos. ¡Mierd.a! El trompo está servido. Antonio me vuelve a pasar pero no paro. Si sigo así me quedadaré en contra-dirección pero ya me da igual todo. Gas a fondo, termino de dar el trompo, ¡lo continúo! y me quedo en la posición correcta. ¿He hecho yo eso? Ya lo pensaré después, ¡he de adelantar a ese mentecato!

Antonio sigue conduciendo con cautela. Lento pero seguro. Esta vez no. Esta vez ya conozco los límites del kart. Sé cuánto puedo apurar y cuánto no. ¡Maldita sea, por qué no tira más este trasto! ¡Por qué no frena más! De golpe me doy cuenta que se me ha quedado pequeño, pero eso es imposible. ¡He de poder sacarle más jugo a este trasto como sea! Las curvas ¡Recuerda las curvas! Y vaya si las recuerdo. Cuando tengo a Antonio a tiro ya no hay compasión. Me salgo de detrás, freno, derrapo y ya es historia. Sin avisar, como él quería y como debe ser.

Ah, pero ahora que me fijo veo a Francisco. El compañero que estuve a punto de recuperarle la posición en la segunda tanda después que me hiciera el "sandwich" con Raimon, el que se fue a la hierba. ¡Voy por él! Pero... ¿qué es esto? ¿Un kart de competición delante mío? Me fijo y veo que va dando tirones y frenazos. Debe estar probando algo. ¿Y qué hago? ¿Le paso? Mejor dicho... ¿Le intento pasar? Durante un rato estoy detrás de él mirando, observándole. Pero ya me cansa. Además, Francisco se me está escapando. Intento pasarle pero ¡no me deja! Pero vamos a ver, ¿tú estás probando o estás corriendo? Si estás probando déjame pasar que se me va.

Pero no, no me deja pasar... Maldita sea, esta no es tu carrera, ¡es la mía! Se acabó, voy a intentar lo imposible. Una vuelta, otra vuelta con el mismo resultado. Me empiezo a desesperar. Calma. Cuando de un frenazo me lo como. Sé que lo haré. Mientras tanto, ya que me está jorobando la vuelta le voya tocar un poco las narices a lo chulomeiker. Me acerco, veo que se gira y me ve y sigue haciendo el tonto. En la curva antes de la recta secundaria veo que se dispone a frenar. ¡Es el momento! le hago un exterior acelerando a fondo, empiezo a derrapar, dios que se me va el kart, ¡que se me va! Pero sigo, sigo acelerando viendo cómo se aproxima peligrosamente el exterior de la pista. No hago caso, sigo acelerando, ¡¡Yaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!! Las ruedas tiemblan al tocar la tierra de fuera de la pista pero lo he conseguido. ¡Le he pasado! No me importó que al cabo de unos segundos me pasara pegándome un hachazo durante la recta. Él tenía potencia para eso y mucho más. Yo ya me miraba el kart como cuatro latas y un motor que apenas tiraba. Y aún así le había pasado. Moralmente la victoria era mía. ¡Vete a jugar con tu awelo, ninio! El encargado, ya me lo temía... se acabó el tiempo.

Antes de salir del kart me quedé durante unos segundos. Tenía una sensación y una sonrisa en la cara que mis compañeros no entendieron cuando me quité el casco. Obvié cualquier explicación, ya que todos teníamos cosas que contar, y todas igual de importantes. Todos habíamos sido protagonistas y habíamos tenido nuestra aventura de 24 minutos. Y fue entonces, sólo entonces cuando me di cuenta de que durante el tiempo que estuve en la pista estaba en éxtasis. Y ahora estaba triste. No porque ya se acabó el tiempo. Sabía que tarde o temprano volvería, pero ya no sería lo mismo. Ya no iría "virgen". La sensación del descubrimiento sería menor. Pero daba igual. Había merecido la pena y hubiera dado un riñón por ver la cara del pijo del kart de competición cuando le hice el exterior con mis cuatro latas.

Esto debe ser la felicidad...


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carliyitos
mensaje Jan 4 2004, 02:09 AM
Publicado: #2


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Eso es lo que sentí aquel día en el Karting Benidorm en mi primera vez, donde yo tambien conseguía pasarlos, eso si tenía el mismo kart, no peor como en tu caso.
Lamentablemente esa experiencia la disfruto como mucho una vez al año, porque en Salamanca no hay ningun karting, y solo puedo ir en vacaciones.
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KARNAPLOSKY
mensaje Jan 4 2004, 03:44 AM
Publicado: #3


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jejejeje muy bueno Zapa.. y tranqui aqui aun los hay que te conocen

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homer15
mensaje Jan 4 2004, 07:52 AM
Publicado: #4


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Me alegro ZAPA, porque es la primera experiencia.
Pero me gustaria que comprendas que en la pista no se esta solo y que hay que respetar al piloto "socio", ya que es propietario de su kart y paga por rodar en la pista como tu.
Lo que el amigo del kart de competición estaria haciendo es calentar. Y no por eso tiene que estar haciendote ninguna jugarreta.
Hay que comprender ciertas cosas.

Entiendo tu punto de vista, pero yo tambien soy propietario de un kart y he tenido experiencias suficientes como para defender mi posición y la tuya.

Con esto, no quiero echartelo en cara, ni mucho menos... pero algunos pilotos estamos cansados de pagar las consecuencias de un toque con un "loco", que como ya te he dicho, hay de todo.
Saludos


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L E T ´S R A D I C A L ! ! !
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Zapa
mensaje Jan 4 2004, 09:46 AM
Publicado: #5


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Lo entiendo, lo entiendo. Lo que no entiendo es que si realmente estaba calentando (que por cierto, sí que le costaba calentar al condenado) por qué no me dejaba pasar tranquilamente y que siga con su rollo. ¿Dónde están las banderas azules cuando las necesitas?

En cualquier caso digo yo que lo más práctico sería hacer tandas separadas (por un lado alquiler y por otro socios) y no todos a mogollón.

Ta login!

P.D. Joer Karna... tú siempre al pie del cañón ;-)


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Sergio
mensaje Jan 4 2004, 10:52 AM
Publicado: #6


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Muy bonito leer tu relato y volver a verte por aqui .

Pedro De La Rosa:"The team wanted me to slow down, but I told them: "I'm not pushing"."
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