Medio siglo de pasión
Hugo Tramon C.

Aunque la idea era buena, no terminaba por convencerlo. Corría el año 1932 cuando Enzo Ferrari, un piloto que se aprestaba a participar en la carrera de Savio en un Alfa Romeo, conoció al padre del aviador Francesco Baracca, quien había muerto en el Monte Montello, durante la Primera Guerra Mundial. "Ferrari, pinte sobre su máquina el caballo de mi hijo. Le traerá suerte", le dijo Baracca padre.


El joven Ferrari aceptó por el respeto que Baracca le inspiraba y la insignia del caballo negro apareció por primera vez sobre un auto de carreras. Las palabras del padre del héroe resultarían proféticas y entonces nació uno de los logotipos más conocidos en el mundo: el 'cavallino rampante', símbolo de la marca Ferrari, el nombre de mayor tradición en el mundo del automovilismo deportivo.


Posteriormente, Ferrari le agregó el fondo amarillo, que representa a la ciudad de Módena, la región donde se ubica la fábrica de Ferrari, para configurar el ícono que hoy es sinónimo de velocidad en las pistas de todo el planeta. Tal fue la gratitud de don Enzo hacia la familia del héroe italiano que el 'comendatore' conservó la foto de Baracca con el 'cavallino' pintado en su avión hasta el día de su muerte, el 14 de agosto de 1988.

EL DIA DE LA INDEPENDENCIA

Enzo Ferrari había competido con dispar suerte para Alfa Romeo y en 1929 fundó la 'scudería' Ferrari, que contaba con autos Alfa Romeo preparados por el propio Enzo, quien ya comenzaba a proyectar su carrera como patrón más que como piloto. En 1940, Ferrari se emancipó de la marca del trébol y durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a trabajar en aspectos estructurales para diseñar su primer auto de carreras en 1946.


Así, en 1950 la naciente Fórmula 1 parecía el destino natural para el joven equipo de don Enzo y comenzó su participación con tres pilotos, los italianos Alberto Ascari y Dorino Serafini, además del francés Raymond Sommer. Sin embargo, la temporada del debut no fue todo lo auspiciosa que Ferrari esperaba y su primer triunfo en F1 recién llegó en 1951, cuando el argentino José Froilán González ganó en Silverstone y el 'cavallino' flameó por primera vez en lo alto del podio.


Pero sería un italiano, Ascari, quien le dio a la 'scudería' el único bicampeonato de conductores en su historia, en los años 1952 y 1953. Posteriormente, fue el argentino Juan Manuel Fangio quien condujo la máquina roja a lo más alto en 1956, cuando el trasandino ya era la estrella máxima de la categoría.


En 1958 sería Mike Hawthorne quien se inscribió en el palmarés ferrarista y en 1961 un desconocido norteamericano llamado Phil Hill daba a Ferrari su quinto título mundial. Sin embargo, la relación de Hill con don Enzo nunca fue buena y la sociedad terminó en quiebre con el 'comendatore' asegurando que el 'yanqui' "no era un piloto de real categoría".


El gran golpe a la cátedra lo dio el británico John Surtess en 1964. El ex campeón de motociclismo ganó por una unidad a Graham Hill y superó a otros destacados pilotos como Jim Clark y el otro piloto de Ferrari, el italiano Lorenzo Bandini.

TRAGEDIAS Y SEQUIA

Pero los tiempos estaban cambiando y comenzaba la primera época de sequía para los 'tifosi'. El surgimiento de nuevas y pujantes escuderías británicas como McLaren, Brabham y Lotus dejaron sin sonar las campanas de Maranello durante 11 años hasta que en 1975, el austríaco Niki Lauda conseguió un nuevo título para la 'scudería'.


En 1976, Ferrari viviría uno de sus momentos más dramáticos cuando el campeón reinante se estrelló en el circuito de Nürburgring y resultó con graves quemaduras en su rostro. Contra todos los pronósticos, Lauda no sólo sobrevivió sino que regresó a la competencia para disputar el título con el inglés James Hunt en McLaren, quien finalmente lo superó por cuatro puntos.


Al año siguiente, el austríaco (entonces conocido por la máscara que usaba para cubrir sus quemaduras) volvió a llevar un trofeo de campeón hasta las vitrinas de la fábrica de Maranello.


Pero sería el sudafricano Jody Sheckter quien pasó a constituirse en un referente para la historia de la marca, ya que fue el último en ganar un título mundial de conductores sobre una máquina roja en 1979.


Además de ser el comienzo de una larga racha negra para Ferrari, los primeros años de la década de los '80 son recordados como la era en que la 'scudería' contó con grandes conductores cuyo destino estuvo marcado por la tragedia: el francés Didier Pironí, el suizo Clay Regazzoni, ambos quedaron inválidos a causa de accidentes, y el canadiense Gilles Villeneuve, que falleció en las clasificaciones del Grand Prix de Bélgica en 1982.


Parecía que un hechizo rondaba Maranello. Sin sus figuras más carismáticas, la casa del 'cavallino rampante' comenzaba a abrirse paso, sin grandes éxitos, en la era de los turbo.


A pesar de los malos resultados, Ferrari contaba con los recursos suficientes para incorporar a los mejores pilotos del mercado, quienes también ganaban al conducir bajo el escudo del 'cavallino'. Fue así como llegaron Gerhard Berger, Nigel Mansell y Alain Prost, ninguno de los cuales pudo triunfar a bordo de la butaca de Ferrari.


Hasta que en 1996, el alemán Michael Schumacher, flamante bicampeón en Benetton, llegó al equipo con un contrato récord por 25 millones de dólares. Aunque se pensó que el germano traería de inmediato una copa a las vitrinas de Maranello, 'Schumi' sólo consiguió dos vicecampeonatos (en 1997 y 1998).


El accidente de Schumacher en el Gran Premio de Inglaterra en 1999 dejó las esperanzas de los 'tifosi' en los hombros del irlandés Eddie Irvine, quien no logró responder a las expectativas. Sólo en la presente temporada y después de 21 años, el alemán finalmente logró quedarse con el trofeo de conductores y reverdecer laureles para Ferrari, proyectando la imagen legendaria del 'cavallino rampante' hacia el nuevo siglo.

Los mejores del 'cavallino'


SER LIBRESSSS

No es por crear mal rollo,pero podrías haber puesto esto en el tòpic de la "historia del cavallino" (que nos está quedando bastante majo,por cierto...)

Vale que está muy lleno ya,pero alguien te va a comer por inundarlo todo con tòpics nuevos,me temo...
Un saludo,y una currada lo del "cavallino" (cosas así sí molan)