HOY HACE UN AÑO: 11.03.04 Opciones

[Raquel]

[ogledalo]

Como cada mañana a eso de las ocho, salí de casa para dirigirme a mi trabajo. Habitualmente lo hago en moto, aunque ese día fuí en coche. Entre otras cosas, me permitía escuchar la radio y seguir un poco la campaña electoral de las elecciones que iban a celebrarse ese fin de semana.
En lugar del programa habitual, que mezcla notícias y tertulia, una empleada de la emisora, desde su casa, iba relatando lo que veía a través de la ventana, por la que se podía ver unas vías y una estación de tren. Lo que ella iba narrando es que habían explotado unos trenes, uno muy cerca de su casa y otro un poco más lejos. El trayecto al trabajo se me hizo extrañamente corto mientras iba sorprendiéndome y asustándome cada vez más por la magnitud de lo que había ocurrido. La narración era desde la distancia, pero era evidente que en hora punta de un tren de cercanías, víctimas mortales tenía que haber, y así lo confirmó cuando explicó que sacan cuerpos y los cubrían con sábanas, con mantas,... con lo que los vecinos iban bajando para ayudar a las víctimas, tanto las que se quejaban como las que, desgraciadamente, ya no.
Llegué tan impresionado que lo comenté a los compañeros nada más llegar: "Han puesto unas bombas en trenes de Madrid. Hay como 20 muertos". "20??"-recuerdo la reacción- "Casi como en Hipercor".
Bueno, arranqué mi ordenador y el 20 pasó a 30, a 40, 80... más de 100...
Al día siguiente, viernes como hoy, tenía que ir a una reunión con una compañera de Madrid, donde mi empresa tiene su sede. Visto que Madrid estaba semi bloqueado, y que muchas personas no podían llegar a su trabajo, otras tendrían familiares o amigos entre las víctimas, le mandé un correo electrónico diciéndole que si quería aplazar la reunión lo entendería, y le transmitía nuestra solidaridad, la de todo el departamento aquí en Barcelona, y nuestro cariño.
Eso era alrededor de las diez de la mañana. Como a la hora de comer no me había contestado, llamé a otra compañera, que efectivamente me confirmó que muchos colegas no habían podido llegar, por haber sido interrumpido el servicio de cercanías, por el tráfico... pero que estaban todos localizados. Todos menos la compañera a la que envié el correo, pero que había un caos, los móviles no funcionaban bien, etc...
Después de comer, volví a llamar y me enteré de que la estaban buscando por hospitales de todo Madrid.
Sólo la pudieron reconocer el sábado, cuando ya pocos cuerpos (o lo que quedase) sin identificar, confirmando lo que ya todos temíamos.
Con ella, se fueron otras casi 200 personas, entre las que había otro compañero de trabajo y familiares de cuatro más.
Aunque suene a tópico, ese día cambiaron muchas cosas. Y no hablo del resultado de las elecciones, ni de las vidas de los afectados directamente. Es mucho más. Es algo que no creo que pueda explicar con palabras, pero que me hace darme cuenta de qué fácil es acabar con todo, qué frágiles somos y, sobretodo, qué afortunados. Porque igual que fue en un tren, podía haber sido en un avión, en un supermercado, una gasolinera, al cruzar una calle,...
Durante este año me han pasado muchas cosas, casi todas buenas, algunas no tanto, pero al menos es un año que no me han robado. A ella sí, igual que a otras 190 personas más.
Y si a mí me ha afectado como lo ha hecho, sólo puedo intentar imaginarme el agujero que les ha quedado a los hijos o viudo de mi compañera, o a cualquier familiar o amigo de cualquiera de las víctimas. Y eso que yo había compartido con ella prácticamente sólo temas laborales, la mayoría a distancia.
Por ella y el resto de fallecidos y heridos, me he permitido abrir este tópic en su recuerdo y su memoria, que al menos a mí no se me va a olvidar mientras viva, o mientras me dejen vivir. Y os invito también a que pongáis vuestras reflexiones.

DESCANSEN EN PAZ



Una de las ventajas de decir siempre la verdad es que no tienes que recordar qu�© has dicho.