8 HORAS HUYNDAI EN EL JARAMA. POR FIN. Opciones

[Guest_vega23_*]

Muchas gracias!!!

...And justice for all!!!

[Nano Saiz]

Antes de nada, quiero recalcar que esto es un relato que quiero escribir, para compartir con mis amigos, lo que por fin fue mi primera carrera de verdad. No es un tratado sobre el automovilismo, ni nada por el estilo. Es solo una experiencia que me permitió conocer mas de cerca el mundo que más me gusta y que más horas de mi imaginación y sueños ocupa. Y que se convirtió en realidad… por unas horas.

Por fin, y después de varios intentos de buscar coche para hacer las 8 Horas del Jarama, consigo, gracias a Sullivan de Hyundai, contactar con Javier Hervas, piloto habitual de la copa, con quien llego a un acuerdo por teléfono, en 2 minutos, y quedamos en vernos en el Jarama al ida siguiente, para hablar de la carrera y de las condiciones de la misma.

El viernes, el coche tenia montado el asiento de la derecha con arnés, para que los 3 pilotos que formábamos el equipo, a parte de Hervas, tuviéramos nuestra toma de contacto e instrucciones con la máxima seguridad posible.
El equipo lo formábamos:

Javier Hervas, M. Acosta, P. Pérez, y yo.

El primero en ponerse de copiloto, fue Acosta. Experimentado piloto de 52 años, que en la actualidad es en D. Comercial de Toyota en Canarias, y con una copa monomarca de Rally (Yaris) bajo su responsabilidad.

Cuando van a salir a pista, sacan bandera roja y hacen que todos se detengan en boxes. La organización no permite que salgan coches a pista con 2 personas, y hacen que todos (eran muchos coches los que lo intentaban) volvieran a box y desalojaran el vehículo.

Me parece inexplicable que en una carrera en la que participan mas de 30 invitados sin experiencia, y pilotillos como yo, no nos dejen asegurar en lo posible la finalización de la prueba sin mayores incidencias.

Por lo tanto, me toca salir solo, a rodar con los consejos de Hervas muy presentes en mi cabeza:

1.- Olvídate de los tiempos. (ni siquiera me los marcaron en la primera tanda)
2.- Dedícate a conocer el circuito.
3.- No intentes seguir a nadie.
4.- Por favor, no te salgas.

En la primera tanda, estuve alrededor de 25 minutos, dando vueltas y copiando trazadas de los que me adelantaban (creo que menos el novio de Ana Obregon, todos) y a subir el ritmo poco a poco.

Lo que mas me sorprendió de todo, fue que no estaba nervioso en absoluto, aunque luego recordando, me di cuenta de que esto ya me lo había advertido Cabarino. “En cuanto te sientas en el coche, se te van los nervios.” Y es verdad.

En una de las vueltas, al final de recta, frene mas tarde de lo debido, y aunque entre en la curva, el coche se iba hacia el exterior. Tenia claro que me salía. En cuanto “pise” fuera de la pista, el coche se fue de atrás y haciendo contra volante, metí 2ª y salí a la pista sin mas problemas… salvo el amago de infarto. Machaquito fue tajante en la sentencia, “A faltado muy poquito pilotillo… muy poquito.”

Por fin paso por debajo de la bandera a cuadros. Con la sensación de haber rodado lento, muy lento, pero con la satisfacción de haberme aprendido LO BASICO del circuito.

Hervas viene a hablar conmigo, para saber como me he visto y como me siento de animo. Le explico las circunstancias de tener que dejar pasar coches en cada vuelta y la sensación de ir cada vez un poco mejor y algo más rápido. Me dice que si. Que empece a rodar en 2.12, y termine en 2.09. Quiero morime de vergüenza…

Soy él mas lento, con diferencia, del equipo y temo estropear la carrera a los demás. Se me pasan por la cabeza algunas ideas desalentadoras. Pero enseguida me sube un poco el animo, y espero impaciente los entrenamientos obligatorios nocturnos, para subirme al coche otra vez.

Cuando llega el momento, el frío es muy intenso. Es muy de noche y la pista esta llena de coches por todas partes.

Fui el tercero en salir a rodar del equipo, y todos los que se bajaban del coche decían lo mismo. “¡¡¡Joder, no se ve nada¡¡¡” Esto, la verdad, me inquieta un poco.

Salgo a rodar y empiezo a intentar saber por donde voy. Poco a poco la cosa se aclara y la iluminación de la pista, aunque es muy escasa, indica los sitios mas difíciles y delicados del circuito. Me voy confiando.

Salgo de Portazgo, acelerando en tercera, y pongo cuarta, mientras me voy buscando el lado derecho de la pista para bajar Bugatti. El piano de la derecha tiene una referencia muy clara, para saber cuando meter el coche en la MARAVILLOSA bajada. Hay un “bordillo” verde detrás de piano. Cuando se acaba, has de meter el coche con decisión y suavidad (redondo, sin picos en la trazada) hacia el interior, y en la bajada ir dejando que el coche se “escape” hacia el exterior para la frenada y subir hacia Monza.

Bien. Pues yo, en esa ocasión metí el coche antes de tiempo. Toque el piano interior, y el coche empezó a irse de atrás suave, progresiva pero irremediablemente. Voy totalmente cruzado, con la dirección girada a la derecha y bajando en dirección al muro.

Soy consciente de que si entro así en la puzolana, voy a volcar. Afortunadamente, el coche “trompeo” mas antes de llegar a la arena, lo que me hizo entrar, casi marcha atrás. Por eso no volqué. Cuando el coche se paro, ya estaba abajo del todo. Mas allá del punto de frenada. Lo prometo. Baje todo Bugatti de lado.

Veo correr hacia mí a los omnipresentes comisarios de pista, pero ya he sacado el coche de la arena, y dejando pasar a otro, me incorporo y voy derecho a boxes.

Me ven entrar, y Hervas corre a por mi:

- ¿Qué haces aquí?
- Me he salido bajando Bugatti, y no sé si he doblado algo.
- ¿Pero has dado contra algo?
- No, no solo el trompo y me he parado en la arena.
- Pues entonces no se doblo nada. ¡Sigue coño¡ Da 3 vueltas mas, y cambio de turno.

Mientras él dice esto, los mecánicos miran y remiran las ruedas buscando planos.

Cuando ya estoy fuera del coche se me acerca riéndose y me dice algo así como:

- ¿Qué tal? ¿Se te paso el susto?
- Si. Se me paso…

Todo el lateral derecho del coche esta lleno de tierra. Desde el techo, hasta las llantas.

Me voy a casa a intentar dormir. No se las vueltas que di mentalmente al Jarama antes de conseguir dormirme, pero fueron muchas. Muchisimas.

En la sesión cronometrada, Hervas marca el 2º tiempo, con 2,01. Para la parrilla se tomaron los 3 mejores tiempos de cada equipo y se saco la media. Esto nos colocaba 10º en parrilla.

P. Pérez, campeón de subida en cuesta, nos relata las diferencias de rodar solo, (que es a lo que esta acostumbrado)y rodar rodeado de coches, y entre la gracia que él tiene, y el acento isleño, que lo remarca pasamos unos momentos realmente divertidos, que ayudan a relajar un poco el ambiente antes de la salida.

El orden de pilotaje, será:

Hervas – Acosta – Pérez – Yo – Pérez – Yo - Acosta – Hervas.

Creemos que es lo mas acertado, y a la postre se demostró que si.

Se da la salida lanzada, y se pasa Nuvolari sin ningún problema, pero en la frenada de Le Mans, uno de los Hyundai de Portugal, se cruza, se sale por la izquierda, y vuelve a pista, sin dar a nadie. Milagro. No ha pasado nada.

Hervas empieza a remontar como un poseso. En la vuelta 11 marca 2.00.099, que al final seria la vuelta rápida de carrera, y se coloca 3º. Simarro no hacia mas que decirme: “Este tío se pone primero”. Esto añadía presión a la ya de por sí delicada situación… para mí.

Acosta sale a pista, y después de que repostase está 17. Los coches van entrando, y sus tiempos bajando. Rueda regularmente en 2.03. Cuando entra a boxes, deja el coche como estaba. Es decir, 3º.

Pérez sale, y esta el 20. Se empieza a notar que los 3º y 4º pilotos de los otros equipos son más rápidos que nosotros, y deja el coche en 15ª posición.

Me toca.

Me meto en el coche, después de estar “atado” aun tenemos que esperar 15 segundos a que se cumpla el minuto mínimo de cambio de piloto. El mecánico me enseña la mano con los 5 dedos abiertos, los va bajando y mis ojos se van abriendo. Puño cerrado, acelero y voy al máximo de lo permitido para repostar. Allí me espera otro mecánico del equipo para balancear el coche. No hay forma de que entre un litro seguido sin que “salte la manguera”.

Hervas también esta allí. Cuando tengo ¾ del deposito lleno, salgo, rezando para que no me toque meterme en el grupo de “los fieras”. Pero es demasiado tarde. Son las 16:00, y a esas alturas de la carrera, “los fieras” están por todas partes.

En contra de lo que pensaba, ya en el primer turno, adelanto a 2 o 3 coches, imaginaros… y me adelantan muchos, no sé cuantos, pero muchos.

Paso por meta, y Machaquito me enseña en la pizarra P23; 2.11.

Vuelvo a pasar P20; 2.09
Vuelvo a pasar P X; 2.06

¡¡¡JODER; 2.06¡¡¡

Después me mantuve entre 2.06 y 2.08 dependiendo de sí levantaba para dejar pasar, con seguridad a otro coche. Casi todos, son lo bastante buenos, como para ir al primer hueco que les dejes y pasarte sin ningún problema. Pero como hay gente para todo, los hay también que al pasar hacen el amago de echarte de la pista. Y os prometo que en ningún momento llegue a estorbar a nadie. Me quitaba rápido, o simplemente levantaba LIGERAMENTE el pie, en cuanto se salían del rebufo. Con eso es suficiente.

El coche, después de 4 horas estaba sin neumáticos. Le comente a Javier que fue un error dejar al piloto con menos experiencia con las ruedas gastadas, ya que tenia que “esperar mucho” para acelerar a la salida de las curvas, por que sino, me iba de frente, y sobre todo en Bugatti, tenia que dejarlo “patinar” hasta prácticamente llegar al otro lado de la pista. Pero aquí viene lo curioso.

El comportamiento del coche, era muy subvirador, y eso me daba mucha seguridad, por que con levantar el pie ligeramente, se corrige, y se acaba el problema. Pero el coche es mas lento, mucho mas lento.

Creo, honestamente que hubiera llegado a rodar en 2.04 de haber podido acelerar en su momento en final de recta, Le Mans, Farina y en la subida hacia Monza, donde el subviraje te hacia acelerar con el volante casi recto, debido al peralte.

La hora se me paso como en 10 minutos. Y aun no sé cuantas vueltas rodé en esa hora.

Lo cierto, es que me baje del coche muy contento. No me da vergüenza admitirlo. Hubo coches que rodaban a “mi estilo” y que adelanté limpia, clara y rápidamente. Después se quedaban detrás y vuelta a vuelta lo iba distanciando mas y más. Dejé el coche una posición mas atrás de lo que lo cogí. No me salí, no rompí nada, ni estorbe a nadie. Y lo más importante para mí, bajé mi tiempo, y disfrute de verdad pilotando.

Machaquito, tan tajante como la otra vez, se me acerca me da la mano y dice: “Bien Pilotillo… bien”.

Como algo, y me preparo, pues me toca subir en 20 minutos.
Para el segundo turno, ya es de noche, y solo con pensar en la bajada de Bugatti me entra la risa floja. Pero ahora si. Me siento mucho más seguro, y sé que podré salvar la situación sin problemas.

Salgo a pista y ya en la primera vuelta, voy a un ritmo mucho mas vivo que la noche anterior, y sin problemas. El coche culea un poco, debido a que los neumáticos traseros, tal y como me advirtió Hervas, se enfrían en 1 minuto de cambio de piloto, pero nada “incontrolable”. En las primeras vueltas paso a 4 o 5 coches. Sin duda me toco el turno de los “pilotos del corazón” que estaban por allí.

Llegando a la curva que te mete en recta, noto que cada vez llego antes a 6.500 y pongo 5ª cada vez un poco antes.

P:19 ; 2.08.

Eso es lo que veo en la pizarra. De noche y pasando coches, no está mal.

De repente, llegando a mitad de recta, veo que sale un coche MUY LENYO de boxes, y se va directamente a la trazada buena para frenar. Delante de este coche hay otro, que va a mejor ritmo, pero seguro que me da tiempo. Me voy al interior, y pasado la señal de 150, apoyo el pie en el freno. Apenas un segundo después freno de verdad, 4ª, 3ª, 2ª y adentro. Pase a los dos y salí limpiamente acelerando hasta 6.500 para poner 4ª y trazar Varzi a fondo. Me sentí bien. Muy bien.

Subiendo Pegaso, veo la pista muy sucia, llena de tierra, y algún trozo de paragolpes. En Ascari, la cosa está peor, hay muchos mas trozos de coche y el chaleco reflectante del comisario, en medio de la pista, agitando las banderas, me indica que algo serio paso. Pero no estoy dispuesto a frenar con el coche tan “apoyado”, levanto ligeramente el pie y el coche se “insinúa” de mala manera, por lo que espero a enderezarlo del todo, para frenar fuerte de verdad. Hay un coche, con un accidente serio en el exterior de la curva, pero empezó a dar vueltas de campana en el interior. Cristales y trozos por todos los lados. El torero Abellan, está ileso, (me entere después) pero la cosa fue seria.

Miro el reloj, y veo que quedan 15 minutos para el relevo. La cabeza me dice que el Safety estaría en pista al menos 3 vueltas y que es el momento de sacrificarme por el equipo y dejar que los 2 buenos remonten lo máximo posible. El corazón me dice, que hasta que no vea BOX en la pizarra, no entre.

En la siguiente vuelta me metí en boxes para aprovechar el paron, y dejar a los pilotos de verdad, hacer su trabajo.

Este trabajo se tradujo en terminar en 11ª posición a solo 5 vueltas del primero.

Se acabó.


Tengo que agradecer a un mucha gente muchas cosas, y… ¿qué mejor momento que este?
Machaquito y Marta: Llegaron a casa el Jueves por la noche y estuvieron los 2 días en el circuito, tantas horas como yo, solo para hacerme compañía y calmarme. Además Rafa estuvo todo el rato en el muro, con la pizarra en la mano, y os garantizo que es reconfortante pasar por el muro y tener a alguien conocido allí que te da los datos que le has pedido, y un pulgar hacia arriba. Esta os la debo.

Simarro: Apareció como siempre dispuesto a hacer lo que sea…y fotos. Se vino de su casa con comida y caldo caliente, que entraba como la seda. En Farina, cada vez que pasaba, durante 3 o 4 vueltas, yo veía un flash, y sabia que era él. Gracias.

Al resto de pilotos del equipo, que con su deportividad y buen humor apenas se acordaron que sin mí… hubieran quedado mucho mejor.

A los mecánicos: Tratandome igual que si yo fuera un piloto de verdad.

Y por supuesto a Merche, mi mujer, que se llevo el Mono de esquiar para ponérselo, y aun así paso muchisimo frío, pero estuvo allí para ver como me “arrastraba” por la pista, cumpliendo uno de los sueños de toda la vida.


Saludos,


Nano Saiz.