Ser piloto sin serlo Opciones

[Thund]

uhmmm.. gracias... .....

Creo que probare con algo mas de tiempo y con ayuda de alguien a que esto deje de ser personal y pase a ser de tod@s...

(no solo eres un monstruo con las estadisticas

Saludines para tod@s

[Damon]

Me he leído de pe a pa todas vuestras intervenciones, y me han gustado mucho. El karting, los simuladores, hacer "el cabra" con el coche... todas esas cosas las he probado, algunas con más acierto que otras, pero hay una cosa de la que me gustaría hablaros. Yo fui piloto de carreras, no dentro de un vehículo, ni en la pantalla de un ordenador, sino subido a una tarima a tres metros de altura a los mandos de mi coche de radio control.

Empecé con un coche preparado para pistas de asfalto, de gama baja, y con el que me tiraba más tiempo en el "pit lane" reparando, que corriendo. En poco tiempo lo vendí y me pasé a la categoría 1/8 todo terreno, la misma de la que fue multicampeón nuestro Pedro. Sé que muchos de vosotros conocéis ese mundillo, pero para los que no, os haré una breve descripción de los vehículos. Un coche de 1/8 TT es un vehículo de unos 45 cm de largo, pesa aproximadamente 3,5 kilos y está impulsado por un motor glow (alimentado con una mezcla de metanol, nitrometano y aceite) de 3,5cc. Estos motores son capaces de rodar a más de 40.000 rpm con una potencia de unos 2,5 CV (los hay de casi 3 CV, pero ya son preparaciones especiales). El coche en sí tiene tracción a las cuatro ruedas con tres diferenciales (autoblocantes o Thorsen en algunos casos), suspensiones hidráulicas, frenos de disco en el diferencial central, barras estabilizadoras... En fin, os podéis hacer una idea de las prestaciones de semejante engendro.

Cuando empecé a probarlo en un circuito, pensaba que era imposible mantenerlo dentro de la pista, no podía controlar las referencias y el campo de visión. Tened en cuenta que se pilotan desde muy lejos y a bastante altura, por lo que cuesta bastante "meterse dentro" del coche y empezar a rodar decentemente. Un día, cuando ya podía rodar decentemente por el circuito sin salirme, me apunté a una carrera en mi club, en Santa Perpetua de la Moguda. Llegué allí, me inscribí, y empezó un nuevo mundo para mí, el ambiente en boxes, ver todos los modelos de los demás pilotos destripados haciendo las comprobaciones de última hora, y sobre todo, el gran ambiente entre la mayoría de la gente, cómo hablaban entre ellos, enseñándose unos a otros los cambios que les habían hecho a sus monturas tras la última vez que corrieron.

Llegó la hora de empezar, y por megafonía dijeron "reunión de pilotos previa a la carrera". Mi mujer, que era mi mecánico, me tuvo que decir "¡venga, que te llaman!" para que me diera cuenta. ¡Yo era uno de ellos! Estaba muy nervioso, y todo lo hacía por inercia. Así que llegó el momento de salir a pista, subí al podium (al de pilotar, no al de los trofeos) y mi mecánico arrancó el coche y lo puso en el suelo. Aquello era mucho más difícil de lo que había imaginado, me salía cada dos por tres, volcaba, y era demasiado optimista en todos los saltos. Y es que me pasaba lo que a todo el mundo cuando empieza, quería ir mucho más rápido de lo que sabía. Al no ir dentro del coche, no tienes el factor miedo por tu integridad física que te impide pasar de tus límites, así que cada vez que te adelanta un coche, y me adelantaban casi todos, intentaba seguirle, y el desastre era inminente. Con el tiempo descubrí que, al menos en nivel aficionado, la calma es la mejor manera de ir rápido, llegar a la curva, frenar y tomarla por el interior, que no hay tierra suelta, y así acelerar lo más rápido posible. Terminó la carrera, no quedé el último, que era mi objetivo "deportivo", y lo mejor de todo es que conseguí lo que quería, me lo pasé genial