LA CORTA VIDA DE UN MOTOR Opciones

[Sergio]

Muy interesante Raquel, de verdad, la verdad es que resulta que por mucho que pase el tiempo la tecnología y la potencia estarán por encima de cualquier restricción y los "magos" siempre superarán las expectativas.
Muchas gracias por haberte trabajado un texto tan interesante, un 10 .

"Lo demás es historia contemporánea".

P.D:Me he fijado en esa alusión a la frase

[Raquel]

Perdón, pero no puedo evitarlo después del comentario sobre "la Prehistoria". Sé que me voy a ir un poco-mucho de tema , pero quizás venga bien para relajar esfuerzos... (así los motores aguantan más).
Veréis, no dejo de pensar en una anécdota y me apatece contárosla. No hay más razón que lo justifique, así de claro.

De todos modos, estaba yo pensando que tampoco me alejo tanto del comentario o correción (gracias! ) que me ha hecho Chueco.
Vamos a ello. Se dice que la Pre-historia corresponde por definición a una época de la humanidad de la cual no tenemos la suerte de contar ni con documentos que nos permitan analizar qué paso en esos tiempos, ni -¡hombre!, esto sí es de cajón - testimonios directos que nos dieran la oportunidad de alumbrar cómo fueron.
Esto no es del todo cierto. En la Prehistoria de la F1 tenemos la ventaja de que sí existen tales documentos y, lo que es más, disponemos del testimonio gráfico de algunas cosas que parecen increíbles.

No hace mucho tiempo -sería días antes del día de Navidad - estaba yo en la Librería del Motor en Barcelona comprando algunos libros, evidentemente. Recuerdo que buscaba entre las revistas técnicas si pudiera haber también algo a mi nivel, lo cual es difícil porque uno abre esas páginas de los libros o las revistas y se asusta con las formulitas y demás. Abstraída totalmente entre todo eso tan complejo, alguien me dice:

- Ven, Raquel, mira esto. ¿Quién ha dicho que tú no podrías conducir un monoplaza?
- ¿De qué me estás hablando...? -lógica pregunta, pues mi cabeza estaba fuera del contexto en ese momento.

Sobre una mesa o tablero de exposición de algunos artículos a la venta había él abierto un libro precioso, justo en una página que presentaba una foto impresionante: era un monoplaza prehistórico , de ésos con foma tubular, claro, o megacigarrillo. Yo diría más bien ¡un puro sobre 4 ruedas! . A sus mandos una mujer. Hasta ahí... pues vale, uno se asombra pero ya está. Tal cual estaba yo embobada en la foto, me insiste:

-¿Te has fijado?
-Pues sí. ¡Curioso!
-No, pero mira este detalle...
Dejó su dedo marcando la pauta sobre el asunto y, al instante, me preguntó:
-¿Cómo se podía conducir sin ver lo que hay por delante???

Entonces me di cuenta: resulta que el cockpit donde se encontraba la susodicha era más bajo que todo el frontal del coche (el morro del cigarro-puro ), de modo tal que le tapaba toda la visión delantera o perspectiva frontal. No sé si me entendéis, era como estar metida dentro de una caja que no te deja ver -por la altura de la colocación del piloto y el volante- qué hay fuera. ¡Espectacular!
Lo mejor es que si te ibas centrando en otros detalles o elementos no salías de la perplejidad. Por ejemplo, lo que quedaba claro por la imagen es que los retrovisores le permitían ver perfectamente lo que ocurría por detrás (¡vaya!). O el cambio de marchas, aún más alucinante: estaba situado fuera del habitáculo del conductor, es decir, como si fuera una palanca para abrir la puerta del piloto y entrar.

Conclusión: para pilotar ese gigante no quedaba más opción que mantener siempre la cabeza ladeada a diestra o siniestra, según conveniencia. En este caso el factor causal no era una lucha contra las propias fuerzas o inercias al virar, sino la única posibilidad de ver el trazado de la pista y a los rivales que fueran por delante. La inclinación del torso en la misma dirección del cambio de marchas, por lógica, debía de resultar más ventajosa: 2 funciones en el mismo sitio .

¿Quién sería lo suficientemente valiente como para competir en tales condiciones?
Yo NO. Os lo aseguro.

Mil perdones por haberme ido tanto del tema, pero es de las cosas más "chocantes" con las que una se encuentra de la manera más tonta .

Feliz sobremesa a todos .