¿Deporte frio y calculador?...creo que no. Opciones

[Cristina]

Bueno, ¿ donde o como iban a terminar mejor todas esas frases? emocionante, David. Gracias por contar conmigo en esto ( y en todo lo demás) me siento orgullosa de participar en este foro cuando leo estas cosas y me siento orgullosa de poder formar parte de esto. Gracias por enseñarme tanto.

¡Tablas!

[Raquel]

Bueno, en realidad yo hoy estaba preparando otra cosa que también me hace mucha ilusión poder dejar en "Pico de pato vs morro de tiburón", pero como eso es más largo y requiere mayor esfuerzo de concentración, ya iré haciendo... Al fin y al cabo, estamos en fin de semana, así que me tomo el capricho de seguir engrosando el volumen de este topic con algo "nada frío y calculador". En este caso se trata de una despedida. Quienes se hayan tomado la molestia de leerme un poco desde que rondo (sin callar) por aquí, quizás penséis que "lo hago porque el protagonista es David Coulthard". Motivos os sobran, pero no se trata de eso. El ejemplo en este contexto pretende sólo exponer, una vez más, esas frases que "conmocionan" por dentro. Son de Peter Windsor: otra pluma hábil. La traducción del inglés es de Valentí Fradera. Lo que más me impresionó a mí cuando lo leí fue la habilidad para captar un sentimiento y dejarlo tan limpio sobre un papel.
Transcribo textualmente el titular y la introducción de este reportaje. No por pereza; sólo como una pauta de otro modelo. Un punto de referencia.

TITULAR: "GRACIAS POR TODO. OJALÁ LO PUDIERA HABER HECHO MEJOR POR VOSOTROS."

INTRODUCCIÓN:
"Fue un acto sencillo en el box, como son siempre estas cosas: para reírse de la constante búsqueda de la perfección de DC, de sus constantes peticiones de un retrovisor más bajo aquí o un anclaje de la botella para beber más alto allá; los chicos habían preparado un retrovisor regulable para él. Era el domingo por la mañana en Brasil, 2004. Era el comienzo del último día del último fin de semana de DC con West McLaren-Mercedes. La ceremonia fue lo fácil; la respuesta de DC lo más difícil. ¿Qué podría decir? Había dado todo lo que tenía. Habían dado todo lo que tenían. Habían sido nueve años increíbles llenos de altibajos. No quería irse, pero tenía que hacerlo, con mucho por demostrar. Sobre estos tipos -sus mecánicos- había girado su mundo durante lo que se antojaba como toda una vida. De pronto, sintió una punzada en el pecho. Intentó mantener la calma, decir algo agudo, pero no le salían las palabras. Bajó la mirada, tratando de no llamar su atención. Notó que se le saltaban las lágrimas. No podía hacer nada. Los chicos se revolvían nerviosos. Tras lo que pareció una eternidad, sucumbiendo por fin ante un momento, sin temer ya mostrarles lo emocionado que estaba, levantó la vista. "Gracias, chicos", dijo con voz temblorosa..."

Con idéntica modulación de voz, repito sus palabras: "GRACIAS".